“No he conseguido bajar de peso” como respuesta al ¿qué tal? que planteo al inicio de cada consulta. El matiz está en lo que acompaña a esta frase. Cuando los pacientes lo dicen como afirmación, aceptándolo como algo normal en el proceso de pérdida de peso, me quedo tranquila. El problema viene cuando la respuesta se acompaña de una connotación negativa y se transforma en un: “mal, no he conseguido bajar de peso”. Por desgracia, esto es mucho más común de lo que debería ser.
Para mi es el claro indicio de que no he repetido lo suficiente la importancia de la composición corporal y otros indicadores alternativos para la valoración del éxito en un proceso de pérdida de peso y la poca importancia que tiene el número que aparece en una báscula convencional. Es el momento de recordar todos los componentes que abarca el número que aparece en dicha báscula. Encontramos agua, masa muscular, grasa corporal, vísceras y órganos, piel, huesos y residuos. Más importante aún, nuestro peso varía según muchos factores: ingesta de líquidos, alcohol o excitantes, ejercicio físico, exceso de sal, falta de alimentos diuréticos, ciclo menstrual, estrés, entre otros.
Aún así, esto siempre se entiende mejor con ejemplos: ¿es lo mismo perder 1 Kg de grasa que 1 kg de agua? ¿es lo mismo bajar peso a costa de grasa que a costa de músculo? ¿es lo mismo pesar 70 Kg con un porcentaje de masa grasa dentro de la normalidad que con un porcentaje de masa grasa elevado? Teniendo en cuenta que desde que te levantas hasta que te acuestas puedes subir hasta 2 Kg de peso… ¿cuánto de fiable es la bajada del número que aparece en vuestra báscula como indicador de éxito?
Ya os hago spoiler… el número de la báscula no es la mejor herramienta para medir vuestros progresos. El pesar más desde una medición a otra no tiene por qué significar tener más grasa. Ni el subir de peso ni mantenerse es indicador de no estar haciendo las cosas bien. Como me gusta repetir a mis pacientes: fijaos en esos otros indicadores alternativos como son la talla del pantalón, la energía durante el día o la calidad del sueño durante la noche para cercioraros de que se están haciendo las cosas bien o no. Y recordar, el peso, tomándolo como número aislado, no es indicador de salud.
