Esta frase me surge en consulta por culpa de los cánones de belleza, las revistas de papel cuché y demasiado Hollywood:
-¡Enhorabuena! Has conseguido perder masa grasa, entrando a un rango de normalidad, y mantener la masa muscular ¡muy bien!
-Pero… ¿he perdido peso o no?
-Bueno ya sabes que eso es lo de menos, lo importante es que estás consiguiendo cambiar tus hábitos y tu composición corporal.
-Ya, ya, pero… ¿he perdido peso o no?
-Sí, has conseguido bajar un poco de peso, pero ya sabes que hay otros indicadores mucho más fiables de que estás haciendo las cosas bien.
-Ya, sí, bueno, pero he bajado de peso, menos mal, si no ya no sé qué hacer. Necesito que me hagas bajar hasta los 55Kg.
-Pero… ¿has escuchado algo de lo que te he dicho?
Y así empieza el bucle. Primero es bajar unos kilos, después es llegar a un peso determinado (siendo éste en la mayoría de los casos más bajo de lo necesario) y acaba con un “quiero pesar lo mismo que esta actriz”. Dígase actriz como modelo o cantante. Y aquí nace el quid de la cuestión: cuanto menos NO ES MEJOR. Pesar menos y menos kg no te va a dar salud. Lo que te va a asegurar una salud óptima es tener una buena composición corporal… unas analíticas con valores dentro de la normalidad… una relación saludable con la comida. Y ahora te toca elegir ¿eliges la báscula o tu salud?
