Esto va para todas aquellas personas que cuando vienen a consulta preguntan: «pero… ¿no tengo un día libre?», a lo que me gusta contestar: «no hay días libres porque no hay nada prohibido».
¿Y qué pasa cuando se prohibe? Pensar todas esas veces en las que os han prohibido hacer algo. Eso solo ha hecho aumentar exponencialmente las ganas de hacerlo. Pues no podía ser distinto con la comida.
Como podéis ver en la imagen, entramos en un círculo vicioso donde los protagonistas son la culpa y la desmotivación. Huir de toda prohibición y aprender que comer saludable y tener una relación saludable con la comida pueden y deben ir de la mano.
