Es en la infancia cuando se adquieren los hábitos alimentarios que acarreamos en nuestra vida adulta por lo que es aún más importante en estas edades aprender a comer de manera saludable. Se trabaja con los más pequeños desde un punto de vista mucho más dinámico, haciéndoles partícipes en su propia alimentación a través de juegos y dinámicas lúdicas.
La metodología empleada sigue el mismo patrón que la utilizada en la pérdida de peso, pero adaptada a un público infantil. En la primera consulta se busca recoger la mayor información posible, preguntando tanto a los niños como a los padres sobre sus preferencias y aversiones, ejercicio físico realizado, pruebas médicas realizadas, etc.
Al finalizar esta primera consulta, se entregan unas recomendaciones generales para los padres junto con el informe elaborado, un registro semanal a rellenar por los niños junto con los pactos acordados con los protagonistas.
En la segunda consulta se entrega el plan nutricional elaborado, entregando material tanto a los padres como a los niños. Se busca involucrar a toda la familia y despertar el interés de los más pequeños en las decisiones que se toman en la cocina y en el supermercado.
En las consultas de seguimiento se realizan juegos y dinámicas lúdicas haciéndoles ver que comer saludable puede ser divertido.